REY GUERRERO

REY GUERRERO
Rey guerrero

viernes, 8 de mayo de 2015

TELEBASURA

Telebasura es un término coloquial que suele utilizarse para referirse a los programas o a la programación televisiva caracterizada por explotar el morbo, el sensacionalismo y el escándalo con la finalidad de ganar audiencia. Estos programas incumplen los códigos éticos del periodismo y difunden o fomentan valores considerados moralmente negativos (sobre todo en la medida que podría influir en la infancia). 

Suele calificarse de telebasura a programas de debate en los que el moderador no es objetivo o no existe, los partidarios de una tendencia son mayoría o, más habitualmente, la discusión se reduce a un griterío ensordecedor en el que predomina el insulto y el argumento "ad hominem". 

Son frecuentes estos aspectos en los programas del corazón. 
La telebasura suele equipararse con la prensa sensacionalista. Algunos de los argumentos que se suelen utilizar para denunciar un programa como telebasura son la existencia en ellos de: 

Manipulación informativa, o confusión de información y opinión. 
Nulo respeto al derecho de intimidad y al honor. 
Conversión del dolor y la miseria humanas en espectáculo. 
Atracción por el sexo, el escándalo y la violencia. 
Utilización morbosa del cuerpo humano desnudo, en especial del femenino. 
Trivialización de la prostitución y el consumo de drogas. 
La aberración como modelo a imitar. 
Desprecio de cualquier figura de autoridad. 
Apuesta por la pelea en vez del diálogo. 
Lenguaje soez y ofensivo. 
Difusión de ciertas subculturas. 
Uso excesivo de la prensa rosa y criticar, a veces casi sin motivos, a los protagonistas de esas historias. 
La máxima de la telebasura es obtener el máximo beneficio con el mínimo gasto a toda costa. Para ello se recurre a diferentes tácticas. 

Crear grandes programas contenedores donde se incluyen muchos temas o subprogramas. Con esto se consigue que el espectador no sepa cuando va empezar lo que le interesa y acabe viendo gran parte del programa aunque no le interese su contenido. 
Despedir el programa justo después de un pausa publicitaria. Así se consigue que se vean los anuncios y no se cambie de canal. En estos casos lo que se hace tras la pausa es tan solo despedir el programa y nada más. Si el espectador supiese esto, muy probablemente habría cambiado de cadena. 
Interrumpir las historias en una parte interesante y continuar con otra, para después retomarla. Así se consigue que el espectador se quede aunque no le interesen las demás historias. 
También se puede hacer lo mismo interrupiendo, esta vez, con publicidad. Muchas veces se insinúa que deben hacer la pausa en ese preciso momento por obligación, como si la tuviesen contratada en ese mismo minuto. Sin embargo, tienen previsto cortar no a una hora exacta sino en un momento "interesante". 
Anunciar un acontecimiento repetidamente (cebos), utilizado en programas contenedores. Se anuncia un acontecimiento y se intenta retrasar el acontecimiento lo más posible llegando incluso a veces a no ser emitido como ha ocurrido varias veces en Aquí hay tomate. 
No es raro que estén más tiempo anunciando que emitiendo el hecho anunciado, en ocasiones con gran insistencia, aunque el hecho no sea remarcable. 
Plagar de publicidad el plató del programa, conocido como publicidad indirecta.
Hacer reportajes que en realidad son publirreportajes camuflados. Este hecho ocurre incluso en los telediarios. 
Alargar programas para poder ampliar la oferta publicitaria. Por ejemplo, un capítulo de una serie que se podría contar en 30 minutos acaba durando una hora o más. 
Promocionar programas de la misma cadena, creando debates y polémicas artificiales con personajes salidos de los programas de telerealidad. Un ejemplo de ello sería invitar a concursantes de programas como Gran Hermano, Operación Triunfo a otros programas como A tu lado o Aquí hay tomate. 
Dado el carácter subjetivo del término, es difícil determinar los orígenes de la telebasura, y aunque algunas de las características más típicas existen desde hace décadas (por ejemplo, el fomento de pseudociencias), muchas de ellas son relativamente recientes. Buena parte de ellas tienen su origen en la televisión estadounidense, donde se originaron los primeros programas de telerrealidad, y empezaron a introducirse la violencia en los debates (tanto verbal como física), las aberraciones y el lenguaje ofensivo como espectáculo. Otras son más difíciles de rastrear; por ejemplo, suele considerarse la televisión italiana como origen de la utilización del sexo. 

En la actualidad, en España se considera comúnmente telebasura a buena parte de la programación de la televisión generalista. Su llegada coincidiría con la aparición de la televisión privada, y la importación por parte de Telecinco de modelos italianas, presentes en programas como ¡Ay que calor!; aunque existen varios programas anteriores que comparten rasgos de este tipo, especialmente en cuanto al fomento de pseudociencias, y la falta de neutralidad informativa. 
Alfonso Arús fue probablemente el primero en presentar a personas de la calle con características extrañas (los llamados freaks o friquis) como elemento cómico. Estos personajes, normalmente muy excéntricos, son a veces completamente reales, a veces fingidos, y en otros casos incluso disminuidos psíquicos. Esta moda fue seguida por Pepe Navarro en su programa Esta noche cruzamos el Missisippi, y continuada por Javier Sardá en sus Crónicas marcianas, donde aparecerían personajes como Paco Porras, la bruja Lola, Aramís Fuster y otros. Otros programas presentarían luego a más individuos de este tipo, como "El Cuñao" (Antonio Rivero, también llamado Miguelón) del programa de Jesús Quintero. 

Pronto empezó también la moda de los llamados "famosillos", personajes de la prensa del corazón que destacaban únicamente por su relación con otros famosos, o por aparecer en algún programa como "Gran hermano". Dinio, Alexandro Lecquio, o Antonio David Flores son ejemplos de personas famosas únicamente por sus relaciones sentimentales con otros famosos. 

Con la llegada de Aquí hay tomate se rizó el abuso de este modelo de televisión. En dicho programa, presentado por Jorge Javier Vázquez y Carmen Alcayde, se vulneraban constantemente los derechos al honor, a la reputación y a la privacidad del individuo. Sus detractores les acusaban de no tener respeto alguno por las posibles consecuencias de esta falta de valores. 

Se han dado varios intentos de limitar la emisión de telebasura en televisión, siendo probablemente el liderado a finales de 2004 por el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero el más agresivo, forzando a las cadenas a comprometerse a limitar la telebasura en lo que se considera horario infantil. Sin embargo, dicho compromiso no parece muy prometedor, dados los intereses económicos en juego y el nulo cumplimiento de compromisos anteriores para la limitación de la publicidad. 


Los programas telebasura de españa: SALVAME, GRAN HERMANO,en conjunto !!TELECIENCO!!


No hay comentarios:

Publicar un comentario