Colonización de África
En el siglo XIX el capitalismo y la revolución industrial se asentaron
en Europa y necesitaban expandirse en busca de regiones que les
proporcionaran

materias primas y mercados. Apareció el colonialismo como
doctrina de desarrollo. África fue un territorio el cual pudo
proporcionar materias primas para Europa, apareciendo negocios
necesarios en tiempo de la revolución industrial.
Todo gran país pretendía tener un imperio colonial, tal y como lo
conciben los ingleses. Los imperios de la Edad Moderna no sólo
explotaban el territorio, sino que pretendían establecerse en él de
manera definitiva, pasaban a formar parte de la corona. Pero los
imperios de la revolución industrial pretenden sólo explotar el
territorio. Se trata de sacar materias primas de las regiones no
desarrolladas y exportar los productos elaborados a estas mismas
regiones, con un valor añadido muy superior. Claro que no se tiene en
cuenta que en estas regiones no hay capitales con que comprarlos. Las
regiones no desarrolladas se convierten en subdesarrolladas. Se buscan
principalmente productos agrarios y mineros. Entre los países europeos
comienza una carrera por el dominio de África, y del mundo. Esta carrera
tendrá su expresión en la Conferencia de Berlín de 1884-1885, en la que
los países europeos se reparten África. África es un territorio
prácticamente desconocido. Su exploración será toda una aventura
geográfica de descubrimiento. El río, por excelencia, que comunicará a
Europa con el interior del continente será el río Congo. En el río Congo
habrá una fuerte competencia entre Bélgica y Francia por el dominio del
paso al interior. Livingstone, Stanley y Savorgnan de Brazza serán los
exploradores que den a conocer este río al mundo occidental. Inglaterra
pretendía parte del territorio del sur. Portugal hizo valer sus derechos
en el continente, puesto que tenía factorías, desde antiguo, en las
costas angoleñas. Incluso España intentó la penetración en el interior
del continente, desde la costa de Guinea. Alemania se aseguró la parte
occidental del territorio en la Conferencia de Berlín de 1884, en la que
se estableció la libertad de navegación por los ríos de África. El
Congo no dependía del Estado belga, sino del rey Leopoldo II, ya que se
considera patrimonio del rey y no del Estado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario