REY GUERRERO

REY GUERRERO
Rey guerrero

miércoles, 25 de marzo de 2015

La reconquista


LA ESPAÑA CRISTIANA: RECONQUISTA Y REPOBLACIÓN



Cuando los musulmanes invadieron la Península, algunos cristianos se refugiaron en torno a la Cordillera Cantábrica, donde comenzará la Reconquista. Este fenómeno de la Reconquista es lo que explica la aparición de los diferentes reinos cristianos de la Península Ibérica, que se unirán y desunirán a lo largo de los siglos: Asturias, León (Asturias, Galicia, León), Castilla, Navarra, Aragón (Aragón, Cataluña, Valencia, Baleares) y Portugal.
La Reconquista no es un fenómeno sólo religioso, pues no son infrecuentes las alianzas entre cristianos y musulmanes para luchar contra otros cristianos u otros musulmanes.
En esta España cristiana va a triunfar, en Cataluña sobre todo -por influencia franca- un fenómeno europeo: el feudalismo.

Península Ibérica en el momento de su conquista por los musulmanes (Wikipedia)
Península Ibérica en el momento de su conquista por los musulmanes (Wikipedia)

LAS GRANDES FASES DE LA RECONQUISTA


Es el proceso por el que los hispanogodos recuperaron el territorio perdido por el Reino Hispano de los visigodos frente al Imperio musulmán. Empezó en el año 716 con la victoria de don Pelayo en la batalla de Covadonga sobre el ejército mandado por Ambasa, general del califa de Damasco y terminó en 1492 con la toma del Reino Nazarí de Granada por los RR.CC.

A modo de síntesis y con unas ideas globales sobre este fenómeno histórico podemos distinguir tres etapas:

1.- Formación de núcleos de resistencia y comienzos de la Reconquista: (S.VIII - Principios del siglo XI)


Surgen unos núcleos de resistencia amparados en la Cordillera Cantábrica y en los Pirineos, precisamente en las zonas menos romanizadas de la Península.En este período hay una inferioridad de los reinos cristianos frente a Al-Ándalus: Inferioridad política, militar, económica, cultural, etc. que contrasta con el apogeo de Al-Ándalus en España.
Con frecuencia deben pagar impuestos y otros tributos a los emires y califas de Al-Ándalus, y a la vez sufren expediciones de saqueo y castigo por parte de caudillos musulmanes (Abderramán III, Almanzor).
En esta etapa se van configurando los futuros reinos cristianos agazapados tras las cordilleras, en los primeros momentos: Reino Astur que se extenderá durante el siglo IX a Galicia, León y por el Este hacia lo que en el futuro será Castilla. El reino astur será denominado más tarde astur-leonés y finalmente Reino de León.
El origen de la Reconquista se sitúa en Covadonga -mito de Covadongabatalla explotada en favor de la idea de "Cruzada” de la Reconquista. A principios del siglo IX el avance de este pequeño reino hacia el Duero cobra nuevo impulso gracias al “mito de Santiago”. Durante el siglo X se llega hasta el río
Duero y se repuebla su valle.
Entre estos primeros reyes astur-leoneses citamos a D. Pelayo, Alfonso I, Alfonso II (impulsó el Camino de Santiago, s.IX) y Alfonso III (avanzó hasta el río Duero, finales del S.IX y principios del X).
Otro acontecimiento importante se produjo hacia mediados del siglo X, cuando se independiza el condado de Castilla y surge como reino independiente. (960) con su primer rey, el conde Fernán González.

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Península Ibérica en el año 900


En torno a los Pirineos también surgieron unos núcleos de resistencia -condados.- que dieron origen a futuros reinos cristianos y que también iniciaron la
Reconquista. Todos tienen en común los siguientes puntos: Fuerte intervencionismo de los francos en esas regiones (Carlomagno con su Marca Hispánica, o frontera fortificada) y la fuerte presencia de Al-Ándalus en el valle del Ebro.
Estos núcleos de resistencia pirenaica dieron origen a los reinos de Navarra, Aragón y Cataluña.
El Reino de Navarra surgió en torno a Pamplona desde principios del siglo IX. Entre sus primeros reyes destacaron: Íñigo Arista, Sancho Garcés I, Sancho Garcés III)
El reino de Aragón surgió en torno a los condados de Jaca, Sobrarbe y Ribagorza; al principio bajo la influencia francesa, más tarde ya independientes constituyeron el reino de Aragón. A mediados del siglo.X se incorporó al reino de Navarra.
El principado de Cataluña, en torno a una serie de condados catalanes (Condado de Barcelona y otros) que en los primeros momentos estuvieron bajo control de los francos. Se independizaron a finales del siglo IX para dar lugar al reino catalán (Borrel II).
A principios del siglo XI, se habían configurado unos núcleos independientes dando lugar a esos reinos que hemos citado y que difícilmente habían logrado avanzar hacia el sur, manteniendo una política de supervivencia frente a Al-Ándalus.

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Península Ibérica en 1037, cuando León y Castilla estaban recién unificadas

2.- EL AVANCE DE LOS REINOS CRISTIANOS -AVANCE DE LA RECONQUISTA


Desde mediados del siglo XI hasta finales del siglo XIII.
Cambia el carácter de la Reconquista: se invierten los términos; ahora la superioridad correspondió a los reinos cristianos, así como el avance militar. Las causas son claras: la crisis y desintegración del Califato de Córdoba -reinos de taifas- la expansión demográfica y económica de los reinos cristianos, su superioridad militar, los tributos o parias que comenzaron a cobrar a los reinos de taifas y el carácter de cruzada que en algunos momentos adquirió la lucha contra el Islam.
Los reinos de taifas se ven obligados a recurrir a la ayuda de pueblos norteafricanos: Almorávides (1085) y Almohades (1148), pero apenas servirán para
detener el avance cristiano.
En el siglo XI y principios del XII se ha llegado al valle del Tajo (conquista de Toledo en 1085 por Alfonso VI, el monarca del Cid) y al valle del Ebro, conquista de Zaragoza en 1118 por Alfonso I el Batallador de Aragón-. En 1139 tuvo lugar laindependencia definitiva de Portugal. Hacia 1167 se ha reconquistado ya parte del norte de Extremadura: Coria y Alcántara, por parte de Fernando II de León; Plasencia sería reconquistada en 1189, por parte de Alfonso VIII de Castilla.
Pero fue a partir de 12l2, tras el triunfo cristiano sobre los Almohades en las Navas de Tolosa (1212) cuando se avanza definitivamente, tanto por parte de Castilla como por Aragón, hacia el valle del Guadiana, Júcar, Turia y después Guadalquivir, primero con Alfonso IX: Reconquista de Cáceres (1229) y de Badajoz (1230) y más tarde, con Fernando III el Santo, rey de Castilla y León, se llegará a conquistar casi toda Andalucía excepto el reino de Granada (Conquista de Sevilla en 1248); y con Jaime I el Conquistador, rey de Aragón y Cataluña, se reconquistará toda la zona de Valencia (1238) e islas Baleares.
Más tarde Alfonso X el Sabio, rey de Castilla y León, culminará las conquistas emprendidas por su padre: avances en el valle del Guadalquivir (Cádiz 1262) y conquista Murcia en 1243. La Reconquista prácticamente había finalizado, quedaba tan sólo el reino nazarí Granada.

Península Ibérica en el 1130
Península Ibérica en el 1130

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Península Ibérica en 1150

3.- De finales del siglo XIII hasta finales del siglo XV (1492) Paralización de la Reconquista (sobrevive el reino de Granada en manos de los musulmanes)


Aragón ya había finalizado su reconquista, Portugal también, y a Castilla tan sólo le quedaba por reconquistar el Reino granadino; sin embargo, en esos dos siglos el avance fue mínimo y los monarcas castellanos se limitaron a defender el Estrecho tomando Algeciras en 1344 (Alfonso XI) y derrotando a unos nuevos invasores norteafricanos: los benimerines en 1340 (Alfonso X). Desde ese momento hasta los años anteriores a 1492, sobrevivió el reino nazarí de Granada, este hecho puede explicarse por factores políticos: política de la monarquía castellana (con guerras civiles, debilidad de los reyes castellanos), y factores económicos: los reyes granadinos aportaban anualmente unas parias o impuestos en oro a los reyes de Castilla y León a cambio de respetarle su territorio y supervivencia. Eran ingresos que iban a parar a las arcas del Estado castellano. Esta situación finaliza en 1492: conquista definitiva del Reino granadino y fin de la Reconquista con los Reyes Católicos.

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Reinos peninsulares a 1 de enero de 1492, antes de la toma de Granada por los Reyes Católicos


LA REPOBLACIÓN: ETAPAS Y MODELOS


La Repoblación fue el reparto y la ocupación por los cristianos de las tierras reconquistadas a los reyes musulmanes.
La Repoblación fue un fenómeno que empezó en el mismo momento de la Reconquista por parte cristiana de ciudades y territorios, pero que se prolongó
lentamente en el tiempo mucho después de que los musulmanes perdieran el poder político en España¹.Un ejemplo elocuente es la repoblación que se inició en el Reino de Valencia, después de que se expulsara a los moriscos en 1614. Otro ejemplo puntual sería la repoblación que llevó a cabo Carlos III en Sierra Morena a finales del siglo XVIII. Se repiten topónimos del norte en la mitad sur de España, lo que es una prueba de quiénes fueron sus repobladores.
La Repoblación se enmarca dentro de la explosión demográfica que tuvo lugar en Europa occidental durante los siglos XI, XII, XIII y primera mitad del
XIV. La necesidad de defender los territorios reconquistados hizo que las ciudades o concejos, los repobladores cristianos y los labradores gozaran de unas libertades que no tuvieron los campesinos europeos, por lo que la opresión feudal fue muy leve en la España cristiana.

Formas de repoblación


Hasta el siglo XI fue frecuente la repoblación espontánea e individual por presura o aprisio, por la que un labrador describía con un surco de arado la tierra que iba a cultivar; dicha tierra se llamaba fundo. El campesino que ha utilizado la presura es libre, no siervo. Este tipo de Repoblación es típico de Castilla.
Otra forma de Repoblación fue la oficial, es decir concedida por el rey:
  • Monacal: Cuando el rey ponía bajo la jurisdicción y patrocinio de un monasterio la repoblación. Fue importante en los siglos VIII, IX y X.
A partir del siglo XI, otras formas de repoblación oficial son:
  • Concejil: el rey otorga a un concejo o ciudad privilegios mediante una “carta puebla” para que sea repoblada. Fue muy importante entre el Duero y el Tajo, también en el valle del Ebro (como es el caso del documento 3).
  • Señorial: cuando el rey otorgaba a un señor feudal derechos para repoblar un territorio. Fue muy importante en la mitad sur de la Península y en Extremadura. Muchos latifundios de hoy día tienen su origen en esta forma de repoblación. Esta forma de repoblar produce latifundismo.
  • De Órdenes Militares: el rey concede a dichas Órdenes todos los derechos con el compromiso de conquistar tierras, repoblarlas y defenderlas. Fue muy importante en Valencia, Toledo, Andalucía y Extremadura. Latifundismo.


RECONQUISTA Y REPOBLACIÓN EN EXTREMADURA: REPERCUSIONES EN LA OCUPACIÓN Y DISTRIBUCIÓN DE LA TIERRA


El concepto “Extremadura” como lo utilizamos en la actualidad sólo comienza a esbozarse a fines del XV. No obstante, en documentos anteriores se hacen referencias a “las Extremaduras”; pero cuando así sucede, los cronistas que lo utilizan lo hacen con gran ambigüedad, incluyendo en él a territorios dispares situados al sur del Duero y alejados de zonas que hoy pertenecen a esa región.
En la documentación del XII y XIII aparece la denominación la Transierra para nombrar los territorios más meridionales del reino de León, al sur del Sistema Central.
Antes de la Edad Media no existen unos territorios extremeños que tengan una unidad desde el punto de vista administrativo, aunque será a mitad del XV cuando aparezcan referencias a esta provincia.

1. La Reconquista


Al ser el actual territorio extremeño una tierra fronteriza, durante buena parte de la historia de al-Ándalus siempre fue escenario de continuos enfrentamientos con los reinos cristianos. Un buen ejemplo de ello es el caso de la ciudad de Coria, que ya en la temprana fecha del año 866 fue durante un tiempo, posesión cristiana.
Este proceso fue, por tanto, largo y discontinuo, basado en los avances y retrocesos de los reinos cristianos entre los siglos XI y XIII. Sin embargo, la verdadera Reconquista comienza a mediados del siglo XII. Los intereses leoneses se centraban en la parte occidental de la Vía de la Plata, y los de los castellanos, en el sector oriental. La batalla de las Navas de Tolosa (1212) significó un antes y un después de la Reconquista de las tierras extremeñas. Con anterioridad a esta fecha, el proceso se caracterizaba por la alternancia en el dominio de amplios territorios entre almohades y cristianos. Sobre el actual territorio extremeño se centraban los intereses de cuatro reinos: el leonés, el castellano, el portugués y el almohade, en numerosas ocasiones enfrentados entre sí. Durante este período, la frontera permaneció más o menos estable en el río Tajo, con Coria como avanzadilla de los contingentes leoneses y la recién fundada Plasencia (en 1186), de los castellanos.
Tras las Navas, durante el reinado de Alfonso IX de León, el período de 1218 al 1230 resulta determinante, ya que se avanza hasta el río Guadiana con la importante participación de las órdenes militares de Alcántara, Calatrava y Santiago.
Fernando III culminará este proceso por el sector oriental y meridional de la región a partir de 1234, quien cederá el protagonismo de la toma de los últimos bastiones almohades a las órdenes de Alcántara y, sobre todo, de Santiago.


2. REPOBLACIÓN EN EXTREMADURA


Según se iban incorporando territorios a los reinos cristianos, se hacía evidente la necesidad de repoblar estas tierras con la doble intención de poblar extensos territorios vacíos y de favorecer así su defensa ante posibles nuevos ataques musulmanes. Este proceso fue lento y se prolongó hasta bien entrado el siglo XIV con las siguientes características:
  • Los territorios conquistados a fines del siglo XII o principios del XIII tuvieron mayor afluencia de pobladores que los ganados con posterioridad.
  • Las zonas dedicadas a la agricultura (Tierra de Barros y Vega del Guadiana) atrajeron más la atención de los repobladores que otras zonas de preferente dedicación ganadera (Valle de la Serena y zona suroccidental de Badajoz).
  • La proximidad a una zona conflictiva, frontera con Portugal, ejerció una


acción repulsiva, que se superó en parte con la elevación de castillos que dieron protección a los habitantes de la zona. Esto explica que toda esa zona fronteriza se entregue a la nobleza y a las órdenes militares, más capaces de garantizar su defensa.
Serán éstas últimas quienes desde el punto de vista jurisdiccional controlen gran parte del territorio extremeño (50 %).
El área de influencia de las órdenes militares es la siguiente:
  • La Orden de Santiago, en el centro y sudeste (Montánchez, MéridaAlange,...). Nació para proteger la ciudad reconquistada de Cáceres.
  • La Orden de Alcántara, en el noroeste y en la Serena (Alcántara, Magacela,...). Nació para proteger el puente sobre el río Tajo.
  • La Orden del Temple, en el sudeste (tenía como centro Jerez de los Caballeros)

Sometidas al realengo están BadajozCáceres, Plasencia y Trujillo. Otras ciudades fueron señorializadas (como por ejemplo Alburquerque, Herrera o Alcocer).
A partir del siglo XIII, según se va consolidando la Reconquista, la nobleza va a reforzar su poder haciéndose con municipios que pertenecían al rey, al tiempo que ocupan los cargos más importantes de las órdenes militares. Además se adueñaron de los bienes comunales o de los derechos de aprovechamientos de montes, pastos, etc. Es así como la nobleza se adueña de gran parte de las tierras y las órdenes militares con ellos instalados, se convierten en auténticos centros de poder político y económico.
La Repoblación la realizaron en Extremadura las Órdenes Militares y la nobleza, lo que explica la abundancia de latifundios.

Pluviosidad y Desertificacion en España

La Desertificación en el Estado español

En el Estado español, la desertificación se ha asociado principalmente con la erosión, especialmente con la producida en áreas sin cobertura arbórea o en climas áridos o semiáridos. Sin embargo, esta identificación no puede seguir sustentándose. De hecho, si aceptamos que la más grave consecuencia de la desertificación es la pérdida de suelo fértil, en España los principales causantes de esta pérdida son tres muy distintos a la erosión: la urbanización excesiva, el hipertrófico desarrollo de las infraestructuras de transporte (en especial de las carreteras) y el uso insostenible del agua.
La desertificación en España no se debe tanto como se piensa a los problemas de erosión en el medio natural. La mayoría de las tasas de erosión que se han estimado en estas zonas están sobredimensionadas por el uso de metodologías inapropiadas, que infravaloran el papel del matorral, incluido el de zonas áridas, o no tienen en cuenta procesos como la sedimentación. Este enfoque clásico, que asocia aridez con desertificación, ha reforzado la percepción errónea sobre muchos matorrales naturales (estepas, saladares, ecosistemas áridos, badlands naturales) como lugares degradados. Esta percepción ha dificultado aún más su conservación, por ejemplo haciéndolos receptores de polígonos industriales, vertidos y todo tipo de infraestructuras, o bien tratando de mejorarlos con repoblaciones arbóreas.
La desertificación no es erosión
No hay que olvidar que la erosión es un proceso que en unas ocasiones se produce de forma natural y en otras es uno más de los diversos impactos negativos provocados por las actividades humanas más diversas, desde las prácticas agrícolas inadecuadas a la construcción de pistas de esquí, los incendios forestales o la construcción de carreteras.
En el Estado español, los principales problemas de erosión del suelo se localizan en áreas agrícolas, por la utilización de prácticas inapropiadas, como la roturación de zonas marginales en áreas de piedemonte, sobre materiales sueltos y altas pendientes, donde las subvenciones europeas han promovido la expansión de cultivos como olivos y almendros en zonas totalmente inadecuadas.
Otra fuente de erosión se debe a la proliferación de grandes extensiones de invernaderos en las sierras costeras del Levante donde, junto a otros impactos como la ocupación de hábitats naturales, se producen activos procesos de erosión y grandes movimientos de tierra, similares a veces a los requeridos por las canteras. Pero estos problemas apenas han suscitado preocupación en las administraciones. Lo mismo cabe decir de los procesos activos de erosión desencadenados por muchas infraestructuras como carreteras, desdoblamientos, autovías o líneas de alta velocidad ferroviaria.
En realidad, los principales problemas de desertificación –entendida como pérdida de potencialidad y productividad de la tierra, y en particular como pérdida de suelo fértil– se deben a procesos diferentes a la erosión. Éstos son el uso insostenible del agua y la pérdida irreversible del suelo fértil por urbanización y por construcción de infraestructuras. A pesar de su enorme repercusión, como en seguida detallaremos, las administraciones no les prestan la atención que requieren. Así, por ejemplo, resulta llamativa y contradictoria la aparente preocupación por la posible erosión en zonas de baja calidad agrícola –como, p. ej. las áreas naturales con margas–, cuando los suelos realmente fértiles de los valles agrícolas están desapareciendo irreversiblemente y de forma acelerada con la fiebre de recalificaciones y autopistas.

Actividad urbanística

La urbanización y la construcción son las principales causas de destrucción y transformación irreversible del territorio, incluyendo las áreas de suelo fértil. Ya en 1992, el español era el Estado europeo más afectado por la pérdida irreversible de suelo fértil por urbanización . Además, España es el país donde estos suelos fértiles y de alto valor agrícola son más escasos y donde la tasa anual de pérdida por urbanización es mayor, lo que agrava aún más las consecuencias de esa pérdida irreversible.
Según el Observatorio de la Sostenibilidad de España, el 70% de del desarrollo de las nuevas zonas artificiales (zonas urbanas e infraestructuras) se ha realizado sobre zonas agrícolas y en menor medida forestales. Los tejidos urbanos suponen más de una tercera parte de la superficie artificial. Así se ha pasado de 581.116 hectáreas en 1987 a 661.300 en 2000 . Una cuestión importante a tener en cuenta es que los suelos residenciales de tejido discontinuo (estructura laxa y urbanizaciones) ocupan ya casi la misma superficie (320.418 ha) que el tradicional tejido urbano continuo (340.882 ha), como muestra la tabla 1.
El modelo de ciudad dispersa que se está fomentando requiere una mayor red de infraestructuras de transporte y supone un gran incremento en el consumo de agua, frente a la ciudad compacta, lo que incrementa los problemas de pérdida de suelo fértil como se verá más adelante. Además, este tipo de urbanización se asocia al modelo resort con instalaciones despilfarradoras de agua como los campos de golf.
Además, a esto hay que añadir los problemas derivados de la actividad minera necesaria para proporcionar materiales para la construcción (cemento, áridos, roca y piedra). En relación al consumo de cemento, en el periodo 1987-2004 se ha incrementado en un 140%. La producción de cemento está asociada a una intensa actividad minera que ocasiona la transformación irreversible de zonas naturales.
A pesar del aparente enfriamiento del sector inmobiliario, lo cierto es que los planes de crecimiento residencial siguen siendo tan desmedidos como frenéticos: Murcia, 500.000 nuevas viviendas en los próximos 30 años; Costa del Sol, 540.000; Galicia, 600.000 viviendas en 5-10 años; Castilla - La Mancha, 700.000 viviendas en 15-20 años; Asturias, 30.000 viviendas en la costa… Sólo en la Comunidad de Madrid se prevén, entre los terrenos reclasificados y los propuestos en los planeamientos en tramitación, hasta 1 millón de nuevas viviendas.
También hay que considerar los problemas relacionados con la pérdida de suelo ocasionados por proyectos turísticos específicos como las estaciones de esquí. En el Pirineo la construcción de nuevas estaciones de esquí y la ampliación de algunas existentes está provocando importantes procesos de erosión en alta montaña, lo que afecta, a además, a la cabecera de numerosos curso fluviales.

Infraestructuras de transporte

Las infraestructuras de transporte, sobre todo las lineales de alta capacidad como las autovías o las líneas de alta velocidad ferroviaria, ocasionan una gran e irreversible pérdida de suelo fértil.
Más de un 20% de todo el suelo que se ha convertido a artificial en España entre 1987-2000 lo ha sido por la construcción de autovías (tabla 1), que han sido responsables de un incremento en su ocupación de suelo del 149%. Esta dinámica constructiva se ha acelerado en el periodo 2000-2005 .
Aunque el proyecto Corine Land Cover sólo ha evaluado el suelo ocupado por las vías de alta capacidad (autovías y autopistas), este tipo de carreteras constituye sólo un pequeño porcentaje del total (13.156 km de alta capacidad frente a un total de 165.646 km de carreteras). Además de este viario, los Ayuntamientos (dato de 1998) tienen 489.698 km, de los cuales 361.517 km son interurbanos. La longitud completa de la red viaria interurbana es, por tanto, de 538.547 km . El cálculo del suelo ocupado y destruido por todos estos kilómetros de viales daría cifras estremecedoras.
Si tenemos en cuenta que el enorme crecimiento de la superficie artificial por carreteras de alta capacidad mencionado se ha producido entre 1987 (año en el que había unos 3.500 km de autovías y autopistas) y el año 2000 (cuando existían 10.443 km) podemos imaginar lo que va a suponer que a los 13.156 km existentes en 2005 se les sumen los 6.000 nuevos kilómetros de autovías que tiene previstos el PEIT, Plan Estratégico de Infraestructuras y Transporte, o los nuevos trazados que están desarrollando las diferentes CC AA, las cuales están cobrando un papel creciente en la construcción de vías de alta capacidad.
El PEIT, asimismo, plantea un gran incremento de kilómetros de otro gran devorador de suelos fértiles: el tren de alta velocidad. Se prevé construir 9.000 nuevos kilómetros de alta velocidad ferroviaria, que por sus características constructivas y de trazado suponen la ocupación de una amplia banda de terreno.
Conviene recordar que a menudo estas infraestructuras lineales se trazan aprovechando los mejores terrenos agrícolas (las vegas), por lo que su impacto en la pérdida de suelo fértil es aún más grave.
Urbanización y construcción de infraestructuras, en especial las carreteras, están estrechamente relacionados, potenciándose uno al otro, y suponiendo importantes impactos acumulativos. La construcción de nuevas carreteras permiten el aumento de la accesibilidad a determinadas zonas, lo que origina un incremento de la presión urbanística que a su vez presiona para la construcción de más viales. También, infraestructuras como los aeropuertos en los que operan compañías de bajo coste están suponiendo un importante incremento de turistas que están aumentando la demanda turística y los urbanizaciones asociadas.

Uso insostenible del agua

Una gestión inadecuada del agua puede ser un factor favorecedor de la desertificación, y de hecho así está ocurriendo en mayor o menor medida en una gran parte de nuestro Estado. El elevado consumo de agua, que en algunas regiones de España supera con creces los recursos renovables, está produciendo la sobreexplotación de acuíferos así como la drástica reducción de los caudales de los cursos de agua superficiales.
El consecuente descenso en los niveles freáticos da lugar a la desaparición de fuentes, manantiales, arroyos y zonas húmedas, lo que sin duda constituye una manifestación de primera magnitud de la desertificación, que recordemos es definida como la degradación o reducción irreversible de la productividad natural de un territorio. Claramente, la degradación o eliminación de los ecosistemas y paisajes ligados al agua constituyen una grave reducción de la productividad natural de estos sistemas.

Actividades forestales y agrarias

La política forestal española, orientada hacia la producción maderera a partir de la década de los 60, ha generado enormes problemas de erosión. Aterrazamientos en laderas, pistas forestales y enormes cortafuegos, así como el monocultivo de especies inadecuadas a nuestra orografía y clima, provocaron en pocos años la pérdida de millones de toneladas de suelo fértil. Recientemente, los errores más graves de esta nefasta política forestal han empezado a corregirse, reconociéndose la necesidad de conceder prioridad a la función protectora de los bosques y el respeto a la vegetación natural, aunque aún queda mucho por cambiar.
Por su parte, los incendios forestales constituyen un grave problema ambiental al contribuir a la degradación del medio natural, especialmente cuando su extensión o su recurrencia es muy elevada. En relación con la extensión total quemada, anualmente y de forma global la cantidad de incendios forestales y de superficie quemada en el Estado español rebasa la capacidad de regeneración natural, por lo que sus consecuencias a medio y largo plazo resultan muy preocupantes.
Las condiciones climáticas en buena parte del Estado, agravadas por los cada vez más evidentes efectos del cambio climático, hacen más frecuentes y dañinos los incendios forestales. Pese a ello, cerca del 95% de los mismos son producidos por el ser humano. En el Estado español, más de la mitad (53,7%) de los incendios forestales con causa y motivo conocidos se deben al uso del fuego para limpiar los montes de matorral y proporcionar pastos y brotes frescos al ganado, así como para eliminar los rastrojos y restos de podas de cultivos agrícolas. La secular permisividad y la falta de control sobre estas quemas han favorecido que se encuentren entre las principales causas de incendios todos los años.
En cuanto a la agricultura, la creciente mecanización y utilización de agroquímicos y la tendencia al monocultivo intensivo, en algunos casos en superficies con fuertes pendientes, han aumentado los problemas de pérdida de suelo. Se da el contrasentido, por ejemplo, de que cultivos arbóreos que deberían contribuir a la conservación de los suelos, como el olivar, ocupan hoy extensas superficies uniformes invadiendo incluso áreas de alto valor ecológico, mientras que sus suelos permanecen desnudos gran parte del año –por laboreo o por tratamientos con herbicidas– expuestos a las fuertes lluvias estacionales.
Por otra parte, los programas de concentración parcelaria siguen eliminando sistemáticamente setos, paredes y otros elementos del paisaje rural que contribuyen a frenar la erosión y a diversificar los ecosistemas. Además, se financia una construcción excesiva de pistas y caminos de anchura desproporcionada, que con frecuencia provocan grandes pérdidas de suelo.
Por otra parte, la aplicación de las propias medidas de lucha contra la erosión, en algunas regiones están propiciando el uso de herbicidas a gran escala, lo que puede contribuir a corto plazo al deterioro de los suelos, al dañar los equilibrios biológicos imprescindibles para su fertilidad.

Luchar contra la desertificación

Dicho con rotundidad, para contener los procesos que contribuyen a la desertificación en el Estado español son necesarias nuevas políticas urbanísticas, de transporte y agrarias. En definitiva, se debe reconvertir el modelo económico español, actualmente basado en la destrucción ambiental, en la que el peso fundamental de la construcción y del turismo de masas –ambos muy relacionados con la desertificación– son claves en nuestro desarrollo.
En concreto, es necesaria una Ley del Suelo que garantice realmente su conservación y dificulte su recalificación para suelo urbano en todos los casos en los que ello no sea estrictamente necesario para atender a las necesidades de crecimiento vegetativo de la población, y siempre siguiendo el modelo de mediterráneo de ciudad compacta y evitando las zonas más fértiles.
En cuanto al transporte, la mejor estrategia para luchar contra la desertificación, y en particular contra la pérdida de suelo fértil, pasa por abolir el PEIT y poner las bases para una movilidad sostenible. Además, no hay que olvidar la responsabilidad de las Administraciones autonómicas, que hoy por hoy mantienen unos criterios en el desarrollo de infraestructuras de transporte similares a los obsoletos e insostenibles que aplica el Ministerio de Fomento.
En lo referente al agua, se necesita una política basada en la gestión de la demanda y no en el aumento de la oferta, tratando el agua como el bien escaso que es y que debe conservarse al máximo. En todos aquellos acuíferos que se encuentren sobreexplotados, o bien la extracción de agua supere la recarga natural, deberá suspenderse cualquier tipo de extracción, salvo el consumo humano en primera residencia y siempre que no haya otra alternativa, hasta recuperar el equilibrio hídrico en el acuífero.
Al tener las fuentes, manantiales, cauces y zonas húmedas la consideración de dominio público hidráulico, de acuerdo con lo previsto en la Ley de Aguas, deberán adoptarse las medidas necesarias para evitar la reducción de los niveles hídricos existentes de manera natural, o para recuperar los mismos, reduciendo para ello la extracción y consumo de agua en otros puntos del sistema con los que esté interconectado.
Asimismo deben aplicarse medidas fiscales y de gestión de los costes y precios del agua, con el fin de penalizar el consumo excesivo, tanto en los usos agrarios como en los urbano-turísticos, contemplando la revisión e incluso reversión de las concesiones en aquellos casos en los que dicha situación perdure en el tiempo.

Desertificación en el mundo

Un problema de sobreexplotación de recursos potenciado por la globalización
La desertificación está íntimamente ligada a los procesos de globalización económica. La economía mundial ha generado una especialización de la producción en regiones, donde los países del Sur sobreexplotan sus recursos. Las producciones que se realizan en el Sur son disfrutadas en el Norte, generando una inmensa deuda ecológica del Norte hacia el Sur.
Esta deuda ecológica tiene una de sus expresiones en la pérdida de fertilidad de los suelos en la periferia. Por ejemplo, la explotación maderera para liberar tierras para otros usos (mayoritariamente ganaderos y agrícolas) o para su exportación, está íntimamente ligada a los procesos de pérdida de suelo fértil en las selvas templadas. Otra causa paradigmática de pérdida de fertilidad del suelo es la sobreexplotación agrícola y ganadera, una intensificación que al final conduce a la pérdida de fertilidad del suelo.
Pero el capitalismo predador en el que vivimos a escala internacional también impulsa una creciente movilidad motorizada y un enorme consumo energético, dos de las principales causas del cambio climático, el cual incide también en la desertificación a nivel global. Las predicciones sobre la evolución del clima apuntan a un aumento de los fenómenos meteorológicos extremos como sequías o lluvias torrenciales y una menor disponibilidad de agua dulce en muchas regiones del planeta, lo que agravará una gestión del agua ya insostenible en muchos territorios. Consecuencias: el agotamiento de acuíferos, la eliminación de caudales circulantes y la degradación de humedales.
Por último, el proceso de urbanización descrito para el Estado español también tiene su correlato a nivel mundial, con idénticas consecuencias nefastas para el suelo.

Mito de don pelayo


Mito de don pelayo

Según la leyenda, Pelayo era un noble visigodo, hijo del duque Favila. Debido a las intrigas entre la nobleza visigoda, el rey Witiza conspiró para asesinar a su padre. Pelayo huyó a Asturias, donde tenía amigos o familia. Posteriormente, al sentirse inseguro en el reino, marchó como peregrino a Jerusalén. Allí permaneció hasta la muerte de Witiza y entronización de Rodrigo, del que era partidario. Con éste, ocupó el cargo de conde de espatarios o de la guardia del rey y como tal combatió en la batalla de Guadalete en abril o mayo del año 711. Tras la batalla se refugió en Toledo y, a la caída de la ciudad (714), mientras otros escapaban a Francia, él volvió a Asturias, supuestamente a custodiar el tesoro del rey visigodo.
Las primeras incursiones árabes en el norte fueron las de Muza entre los años712 y 714. Entró en Asturias por el puerto de Tarna, remontó el río Nalón y tomóLucus Asturum (Santa María de Lugo de Llanera) y luego Gijón, donde dejó a cargo al gobernador Munuza. Las familias dominantes del resto de las ciudades asturianas capitularon y probablemente también la familia de Pelayo.
En 718 tuvo lugar una primera rebelión encabezada por Pelayo, que fracasó. Pelayo fue detenido y enviado a Córdoba. Sin embargo, consiguió escapar y volver a Asturias, donde encabezó una segunda sublevación y se refugió en las montañas de Covadonga y Cangas, donde se mantenía la resistencia.
En 722 Munuza envió a un general, Al Qama, a someter a los sublevados. Al Qama se dirigió hacia Bres (Piloña), donde se encontraba Pelayo. Éste se dirigió huyendo hasta el monte Auseva, en el valle de Cangas y allí, en Covadonga, aniquiló al destacamento de Al Qama. Después de la batalla, el gobernador militar al mando de la mitad norte de la península Ibérica, Munuza, que tenía como base Gigia (actual Gijón), intentó escapar de Asturias y alcanzar la seguridad de sus posiciones en la meseta, pero fue dado alcance y muerto junto con su séquito y sus tropas en un valle del centro de Asturias.

Reconquista de España


Reconquista de España


¿Qué fue la Reconquista? 

En el año 711 los musulmanes ocupan casi toda España. Sólo la región montañosa del Norte quedó en manos de los españoles. Desde allí los reinos cristianos se lanzaron a reconquistar su territorio. A partir del triunfo de Covadonga, en el año 722, se iniciará un lento pero persistente avance hacia el sur. Surgieron los reinos de Asturias, Leon, Navarra, Portugal, Castilla y Aragón. Finalmente, en 1492, en tiempos de los reyes católicos, la toma de Granada, último bastión musulmán, pondrá fin a la reconquista.

pluviosidad y desertificacion


Pluviosidad

s. f. Cantidad de lluvia que cae en un lugar y en un periodo de tiempo

La desertificación consiste en una degradación persistente de losecosistemas de las tierras secas producida por las variaciones climáticas y la actividad del hombre. Está presente en todos los continentes (salvo en la Antártida) y afecta al medio de vida de millones de personas, entre los que se encuentran buena parte de los pobres que viven en las tierras secas

Engría alternativa


Energía alternativa


Se denomina energía alternativa, o más propiamente fuentes de energía alternativas, a aquellas fuentes de energía planteadas como alternativa a las tradicionales clásicas.No obstante, no existe consenso respecto a qué tecnologías están englobadas en este concepto, y la definición de "energía alternativa" difiere según los distintos autores: en las definiciones más restrictivas, energía alternativa sería equivalente al concepto de energía renovable o energía verde, mientras que las definiciones más amplias consideran energías alternativas a todas las fuentes de energía que no implican la quema de combustibles fósiles (carbóngas y petróleo); en estas definiciones, además de las renovables, están incluidas la energía nuclear o incluso la hidroeléctrica.
Los combustibles fósiles han sido la fuente de energía empleada durante la revolución industrial, pero en la actualidad presentan fundamentalmente dos problemas: por un lado son recursos finitos, y se prevé el agotamiento de las reservas (especialmente de petróleo) en plazos más o menos cercanos, en función de los distintos estudios publicados. Por otra parte, la quema de estos combustibles libera a la atmósfera grandes cantidades de CO2, que ha sido acusado de ser la causa principal del calentamiento global. Por estos motivos, se estudian distintas opciones para sustituir la quema de combustibles fósiles por otras fuentes de energía carentes de estos problemas.
Las energías alternativas se dividen en dos grandes grupos:
Fuentes de energía renovables (eólicasolarbiomasamareomotriz, etc.)
Energía nuclear
No todos coinciden en clasificar la energía nuclear dentro de las energías alternativas, pues al igual que los combustibles fósiles, se trata de un recurso finito, y además presenta problemas medioambientales importantes, como la gestión de los residuos radiactivos o la posibilidad de un accidente nuclear. Sin embargo, la reducida emisión de CO2 de esta tecnología, y la todavía insuficiente capacidad de las energías renovables para sustituir completamente a los combustibles fósiles, hacen de la energía nuclear una alternativa sujeta a fuerte polémica.
Surgimiento
La explicación del por que el surgimiento de las energías alternativas, influenciado por la preocupación del medio ambiente y del hábitat en que vivimos, ha superado las dimensiones científicas para llegar a la comunidad y ser tema de divulgación coloquial. Los problemas ambientales dejaron de considerarse parte de una visión fatalista e imaginaria, sino que han pasado de lo general a lo particular, siendo un problema que nos afecta a todos.
"Vivimos en la sociedad del bienestar y del consumo donde las ideas de progreso o prosperidad se asientan en la explotación desmesurada de la naturaleza, carente de derechos e incompetente para generar deberes"
El origen de estas preocupaciones comenzó en la década de los años 70 al haber una concientización por el poder destructivo de la nueva tecnología y de la interdependecia entre procesos biológicos. Así fue como la naturaleza dejó de convertirse un simple objeto para convertirse en un sujeto de deberes y derechos, llevando implícitos valores que todos estaríamos obligados a respetar.

Recursos inagotables

Son los que el hombre utiliza en baja proporción con respecto a la cantidad disponible en la naturaleza. Los recursos inagotables se encuentran en cantidades abundantes y se recuperan o regeneran por si mismos, dado que cumplen los ciclos biogeoquímicos de la materia. El agua y el aire son ejemplos de recursos inagotables y que además pueden aprovecharse de una manera sencilla.

Recursos renovables


Son todos aquellos que tienen la capacidad de renovarse, pero si la explotación es excesiva no tienen tiempo de hacerlo, a causa de este desgaste pueden desaparecer. Estos recursos se encuentran en la naturaleza en cantidades limitadas y se distribuyen de manera desigual en el planeta. El suelo, la flora y la fauna son recursos renovables.

Recursos no renovables

Son los que están disponibles en una cantidad que es fija, o bien varía en escalas de tiempo muy grandes, por lo que en la práctica se pueden considerar como fijas. El carbón, el petróleo y el gas natural son fuentes de energía no renovables, que tardan muchos miles, o millones de años en generarse. Los materiales radiactivos no se regeneran.

Referencias

Son todos aquellos que tienen la capacidad de renovarse, pero si la explotación es excesiva no tienen tiempo de hacerlo, a causa de este desgaste pueden desaparecer. Estos recursos se encuentran en la naturaleza en cantidades limitadas y se distribuyen de manera desigual en el planeta. El suelo, la flora y la fauna son recursos renovables.
Recursos no renovables

Son los que están disponibles en una cantidad que es fija, o bien varía en escalas de tiempo muy grandes, por lo que en la práctica se pueden considerar como fijas. El carbón, el petróleo y el gas natural son fuentes de energía no renovables, que tardan muchos miles, o millones de años en generarse. Los materiales radiactivos no se regeneran.